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miércoles, abril 18, 2018

El elefante desaparece by Haruki Murakami



Supe por el periódico que el elefante de la ciudad había desaparecido de su recinto. El despertador había sonado a las 6.13 de la mañana, como todos los días. Fui a la cocina para preparar café, hice unas tostadas, sintonicé una emisora FM en la radio y extendí el periódico de la mañana sobre la mesa mientras me comía la tostada. Acostumbro a leer el periódico desde la primera página, por lo que tardé un tiempo considerable en llegar a la noticia del elefabte. La primera página publicaba un artículo sobre las tensiones comerciales con Estados Unidos, luego había otros sobre la SDI, sobre política nacional, internacional, economía, una tribuna libre, una crítica literaria, varios anuncios de agencias inmobiliarias, titulares de deportes y, en un rincón, una llamada a las noticias locales.


No quiero decir que el libro sea malo, pero yo no lo he entendido para nada, debo de ser demasiado occidental. Me acusan de tener una mentalidad alemana; pues esta cabecita no ha sido capaz de disfrutar de este mosaico de historias oníricas. Mira que Murakami ha sido un autor que en bastantes libros me ha gustado pero creo que con El elefante desaparece vamos a poner un punto y aparte de momento. El problema que he tenido con este libro es que siempre busco algo, una historia, un gignificado, un algo… y seguramente estos relatos sean únicamente para disfrutar de la lectura sin más, sin buscarle ningún significado ni sentido. Soy demasiado cuadriculado para degustarlo.

sábado, enero 18, 2014

Los años de peregrinación del chico sin color | Haruki Murakami


Desde el mes de julio del segundo curso de carrera hasta enero del año siguiente, Tsukuru Tazaki vivió pensando en morir. Entretanto, cumplió veinte años, pero esa muesca en el tiempo no significó nada para él. Durante esos meses, la idea de acabar con su vida le parecía de lo más natural y legítima. Todavía ahora, mucho tiempo después, ignoraba la razón por la que no había dado ese último paso, a pesar de que, en aquel entonces, franquear el umbral que separaba la vida de la muerte le habría resultado más fácil que tragarse un huevo crudo.

Si Tsukuru no llegó a consumar el suicidio fue quizá porque su fijación con la muerte era tan pura e intensa que el modo en que podría suicidarse no se asociaba en su mente a una imagen concreta. En su caso, la concreción era más bien un aspecto secundario. De haber tenido a su alcance una puerta que condujese a la muerte, la habría abierto sin titubear, sin pensárselo dos veces, como una prolongación de su día a día, por así decirlo. Pero, por fortuna o por desgracia, no encontró a mano esa puerta.

Ahora, Tsukuru Tazaki se decía a menudo que tal vez hubiera sido mejor haber muerto entonces. Así, este mundo habría dejado de existir. La idea le seducía: este mundo no existiría y lo que él tenía por realidad ya no sería real. Del mismo modo que para este mundo él ya no existiría, el mundo tampoco existiría para él.


Hasta el día de hoy si salía un libro de Murakami tenía que leerlo; lo mismo me ocurría con Paul Auster. Pues después de leer, Los años de peregrinación del chico sin color, Haruki Murakami se irá al ricón del ostracismo igual que Auster. Se les ha terminado ese algo que tenían, que te alucinaba, te seducía, te entretenía, te enamoraba… Tiene que ser muy complicado fabricar las obras que estos autores crean, pero verles declinar en su trayectoría es un palo cuando en su momento fueron tus autores preferidos.

Una historia sobre la amistad, la felicidad, la soldedad, la madurez… Haruki repite hasta la saciedad la fórmula que le ha llevado al éxito mundial pero para nada esta obra se acerca a Tokio Blues, Sputnik mi Amor, After Dark, 1Q84, Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, Kafka en la orilla…

Si hubiese que definir este libro con una palabra; sería decepcionante. Si aún no lo has leído, ni se te ocurra, arriba mencionamos otras obras del autor que merecen mucho más la pena desde nuestro humilde punto de vista. ¿Estamos ante el final de la carrera de un genial y extraordinario escritor? el tiempo lo dirá. Pero tiene toda la pinta.

domingo, febrero 24, 2013

Baila, Baila, Baila | Haruki Murakami

 

 A menudo sueño con el Hotel Delfín. Yo estoy en ese sueño. Es decir, formo parte de él como una especie de circunstancia continua. El sueño revela de manera manifiesta que pertenezco a la continuidad del sueño. En éste, el Hotel Delfín está deformado. Es más achatado y largo. Tanto que, en lugar de un hotel, parece un larguísimo puente techado. El puente se extiende desde tiempos pretéritos hasta los confines del universo. Y yo estoy en él. Allí, en ese hotel, hay alguien más, alguien que derrama lágrimas. Las derrama por mí. El hotel me envuelve. Percibo con toda claridad sus latidos y su calor. En el sueño, yo soy una parte más del hotel. Así es el sueño. Me despierto. ¿Dónde estoy?, me pregunto. No sólo lo pienso, sino que me formulo la pregunta en voz alta: ¿Dónde estoy?. Pero es una pregunta absurda. E innecesaria, porque ya sé la respuesta: estoy aquí, y está es mi vida. Mi día a día. Ese apéndice del mundo que es mi existencia. Numerosos asuntos, cosas, circunstancia que, aunque no recuerdo haber consentido, se han vuelto atributos míos sin darme cuenta. A veces, una mujer duerme a mi lado. Pero, por lo general, duermo solo. Sólo yo y el rumor de la autopista que se extiende frente a mi apartamento, el vaso en la mesilla de noche (en cuyo fondo suelen quedar unos cinco milímetros de whisky) y la hostil --aunque quizá sea sólo indiferente-- luz matinal cargada de polvo. En ocasiones llueve. Entonces me quedo en la cama, embobado. Si aún hay whisky en el vaso, me lo bebo. Y, mientras veo caer del alero las gotas de lluvia, pienso en el Hotel Delfín. Pruebo a desperezar lentamente los brazos y las piernas. Eso me confirma que yo soy sólo yo…

   

 Estaba claro que este día tenía que llegar. Con esta lectura hemos llegado a entender a la gente que siempre ha dicho que nunca han entendido ese mundo tan onírico de Murakami y que mas bien parece un mundo absurdo y sin sentido. Para poder terminar este libro lo he tenido que intercalar con otros dos, casi nada. Para resumir; me parece una  gran paja mental de Haruki  y ya intuimos el por qué de la no sincronización de sus obras en castellano. Si te quieres acercarte a este autor éste es el último libro que debes de leer. Qué pena; con todo lo que hemos disfrutado con este autor.

Tengo una mesa coja que estará deseosa que la calce… y ya sé con que libro lo voy a hacer.

domingo, febrero 05, 2012

1Q84 libro 3 | Haruki Murakami


-¿Le importaría no fumar, señor Ushikawa? -dijo el hombre de baja estatura. Durante unos instantes, Ushikawa observó el rostro de su interlocutor, sentado al otro lado del escritorio, y luego miró el cigarrillo Seven Stars que sus propios dedos sujetaban. No estaba encendido.
-Lo siento -añadió cortésmente el hombre.
Ushikawa adoptó un gesto de perplejidad y se preguntó qué hacía aquello en sus manos. Dijo:
-¡Ah! Disculpe, no debería haberlo sacado. No voy a encenderlo. Mis manos se han movido a su antojo, sin yo darme cuenta.
El hombre subió y bajó el mentón sólo un centímetro, sin que su mirada se desviara ni un ápice. Toda su atención estaba puesta en los ojos de Ushikawa. Éste devolvió el cigarrillo a la cajetilla y la guardó en un cajón del escritorio.
El hombre alto, con el pelo recogido en una coleta, estaba de pie, en la entrada, rozando apenas el marco de la puerta y mirando a Ushikawa como quien contempla una simple mancha en la pared. <<¡Qué tipos tan siniestros!>>, pensó Ushikawa. Pese a que era la tercera vez que se reunía con ellos, siempre le producían la misma intranquilidad.
El hombre bajo y de cabeza rapada, sentado frente al escritorio del exiguo despacho de Ushikawa, era el que hablaba. El de la coleta guardaba un profundo silencio. Sólo miraba a Ushikawa a la cara, completamente inmóvil, como los komainu colocados a la entrada de los santuarios sintoístas.
-Han pasado tres semanas -dijo el de la cabeza rapada.
Ushikawa cogió un calendario de mesa y comprobó algo que había anotado en él.


Por fin he podido descubrir el final del libro 1Q84, estaba deseoso de leerlo pero me he llevado una pequeña decepción. Si comparamos este tercer libro con los otros dos, es netamente inferior. Los dos primeros libros te cautivan, te envuelven con esos personajes, situaciones y misterios, pero con éste para nada ocurre lo mismo. Desde mi punto de vista se ha limitado a terminar la historia de una manera simplista, sin magia y dejando bastantes cosas en el aire. Hay quien dice que incluso era mejor que hubiese dejado la historia en suspenso con el segundo volumen. Yo no diría tanto pero el bajón se ha notado.

sábado, abril 30, 2011

1Q84 | Haruki Murakami


1
AOMAME
No se deje engañar por las apariencias

La radio del taxi retransmitía un programa de música clásica por FM. Sonaba la Sinfonietta de Janácek. En medio de un atasco, no podía decirse que fuera lo más apropiado para escuchar. El taxista no parecía prestar demasiada atención a la música. Aquel hombre de mediana edad simplemente observaba con la boca cerrada la interminable fila de coches que se extendía ante él, como un pescador veterano que, erguido en la proa, lee la aciaga línea de convergencia de las corrientes marinas. Aomame, bien recostada en el asiento trasero, escuchaba la música con los ojos entornados.
¿Cuántas personas habrá en el mundo que, al escuchar el inicio de la Sinfonietta de Janácek, puedan adivinar que se trata de la Sinfonietta de Janácek? La respuesta probablemente esté entre "muy pocas" y "casi ninguna". Pero Aomame, de algún modo, podía.
Janácek compuso aquella pequeña sinfonía en 1926. El tema inicial había sido creado, originalmente, como una fanfarria para una competición deportiva. Aomame se imaginaba la Checoslovaquia de 1926. La primera guerra mundial había finalizado, por fin se habían liberado del prolongado mandato de la Casa de Habsburgo, la gente bebía cerveza Pilsen en los cafés, se fabricaban flamantes ametralladoras y saboreaban la pasajera paz que había llegado a Europa Central. Ya hacía dos años que, por desgracia, Franz Kafka había abandonado este mundo. Poco después Hitler surgiría de la nada y, de repente, devoraría con avidez aquel bello país, pequeño y recogido, pero por aquel entonces nadie sabía aún que ocurriría esa catástrofe. La enseñanza más importante que la Historia ofrece a las personas tal vez sea que "en cierto momento nadie sabía lo que sucedería en el futuro". Aomame se imaginaba el apacible viento atravesando las llanuras de Bohemia y, mientras escuchaba aquella música, reflexionaba sobre las vicisitudes de la Historia.


Los que nos seguís ya sabéis que Murakami es uno de mis autores contemporáneos favoritos. En 1Q84 nos encontramos con un Murakami pletórico, el que a mi me gusta, el de Tokio Blues, el de Sputnik mi amor. Un libro que desde la primera línea te atrapa y te sumerge en el onírico universo de este autor. También destacar que es una pasada la presentación y desarrollo de los personajes, donde no sabes cual te atrae más… si tienes la oportunidad de leer este libro ponlo el primero de la lista y no esperes ni un segundo más para conocer a Tengo, a Aomame… o la Historia de la Crisálida de Aire.

sábado, septiembre 11, 2010

La Caza del Carnero Salvaje por Haruki Murakami


Lo supe gracias a la llamada de un amigo, que casualmente se enteró por el periódico de que ella había muerto. Me leyó despacio el artículo -un simple párrafo en un diario matutino- por teléfono. Un articulillo de nada. Y con toda la ponta de ser un ejercicio de práctica encargado a un periodista novato, recién salido de la universidad.
En el día tal del mes tal, en cierto barrio de la ciudad, un camión, conducido por fulanito de tal, había atropellado a una mujer. El chófer, en fin, quedó a disposición judicial para aclarar sus posibles responsabilidades.
Aquello soonaba como esos resúmenes informativos tipo telegrama que aparecen en la primera plana de algunos periódicos.
-¿Y dónde será el entierro? -le pregunté a mi amigo.
-¡Qué se yo! -me contestó-. ¿Tú crees que esa chica tenía casa y familia?

Naturalmente, las tenía.
Ese mismo día llamé a la policía para informarme del domicilio familiar de la joven y su teléfono. Acto seguido, telefoneé para preguntar a sus familiares la fecha del entierro. Como dice el refrán, el que la sigue la consigue.
Su casa estaba en uno de los arrabales de Tokio. Desplegué el plano -distribuido por distritos- de la ciudad, y con un bolígrafo rojo marqué la situación del edificio. Ciertamente se trataba de uno de los suburbios más degradados de Tokio. Las líneas de metro, de ferrocarril y de autobús se entramaban y se superponían como una desquiciada tela de araña, e incontables albañales fluían entre un laberinto de callejas, dejando el terreno tan arrugado como la corteza de un melón.


De Haruki Murakami he leído bastantes libros por lo que conozco muy bien su onírico universo. La Caza del Carnero Salvaje es muy parecido a todo lo que he leido anteriormente. No se le puede comparar a Tokio Bules, Kafka en la Orilla, Sputnik mi Amor, El pájaro que daba… éste se queda un poco atrás pero sigue siendo una lectura muy recomendable si ya has leído los anteriores. En esta historia un joven tiene que comenzar la búsqueda de un carnero mítico, a partir de ahí el autor creará una trama que a cada página nos sumergirá más y más en su particular mundo.También comentar que esta es la obra de las que he leído de Murakami que más fácil parece de comprender.

domingo, febrero 14, 2010

El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas


El ascensor se elevaba con extrema lentitud. Vaya, debía de estar subiendo, imaginé. No lo sabía a ciencia cierta. Porque ascendía tan despacio que yo había perdido el sentido de la dirección. Es posible que bajara y es posible, asimismo, que no se moviera en absoluto. Yo me había limitado a decidir arbitrariamente, haciéndome una composición de lugar, que el ascensor subía. Pero era una simple hipótesis. Sin fundamento. Tal vez hubiese ascendido hasta el duodécimo piso y bajado hasta el tercero, o quizá estuviera de regreso tras dar una vuelta alrededor de la Tierra. No lo sabía.
Aquel ascensor nada tenía que ver con la máquina barata y funcional, similar a un cubo de pozo evolucionado, que había en mi apartamento. Ambos aparatos eran tan distintos que costaba imaginar que se denominaran de igual modo y que tuvieran idéntica estructura y función. Porque los separaba una distancia tan grande que excedía mi comprensión.
En primer lugar, estaba su tamaño. El ascensor donde me hallaba era tan amplio que habría podido utilizarse como una oficina pequeña. Lo suficiente como para que sobrara espacio tras poner una mes, una taquilla y un armario, e instalar, además, una pequeña cocina en su interior. Quizá incluso hubieran cabido tres camellos y una palmera de tamaño mediano. En segundo lugar, estaba la pulcritud. Se veía tan limpio como un ataud nuevo. Tanto las paredes como el techo eran de un reluciente acero inoxidable, sin mácula, sin un resto de vaho que los empañara, y una tupida alfombra de color verde musgo cubría el suelo. En tercer lugar, era terriblemente silencioso. Cuando entré, las puertas se cerraron deslizándose sin hacer el menor ruido -literalmente, el menor ruido- y reinó un silencio absoluto. Tan denso que ni siquiera podía discernir si el ascensor estaba detenido o en marcha. Un río profundo que fluía en silencio.


Un genial libro del que desconocía el argumento, a mi Haruki Murakami me encanta aunque en la mayoría de las ocasiones me deja superdesconcertado. En esta historia todo lo contrario, el primer párrafo de esta historia resume perfectamente la esencia de este genial escritor. Sin embargo en este relato nos lo deja todo bien clarito no hay sitio para dudas. Si de momento no habéis leído nada de este escritor, creo, que éste debería de ser el primer libro que deberéis leer para que luego no os sorprenda con sus otras historias.
Una encantadora historia hacia el fin del mundo, hacia la nada , hacia un mundo interior, hacia una ciudad donde nosotros marcamos el tempo, las reglas, las prohibiciones…

jueves, agosto 27, 2009

After Dark | Haruki Murakami


Perfil de una gran ciudad.
Captamos esta imagen desde las alturas, a través de los ojos de un ave nocturna que vuela muy alto.
En el amplio panorama, la ciudad parece un gigantesco ser vivo. O el conjunto de una multitud de corpúsculos entrelazados. Innumerables vasos sanguíneos se extienden hasta el último ricón de ese cuerpo imposible de definir, transportan la sangre, renuevan sin descanso las células. Envían información nueva y retiran información vieja. Envían consumo nuevo y retiran consumo viejo. Envían contradicciones nuevas y retiran contradicciones viejas. Al ritmo de las pulsaciones del corazón parpadea todo el cuerpo. se inflama de fiebre, bulle. La medianoche se acercay, una vez superado el momento de máxima actividad, el metabolismo basal sigue, sin flaquear, a fin de mantener el cuerpo con vida. Suyo es el zumbido que emite la ciudad en un bajo sostenido. Un zumbido sin visicitudes, monótono, aunque lleno de presentimientos.
Nuestra mirada escoge una zona donde se concentra la luz, enfoca aquel punto. Empezamos a descender.


Leer a Murakami es una gozada, de momento, este es un libro de trasición donde el autor no tiene que demostrar nada. Lo insatisfactorio llega cuando queremos entender todos los giros que nos muestra, en esta ocasión quién es el hombre de la máscara y porque mira y no actúa? Muchos dicen que esta obra está relacionada con Alicia y el País de las Maravillas. No sabemos si es un viaje irreal, un sueño, una paranoia… un libro no muy extenso que recomendamos que se lea de una tacada. Me encantó la manera en la que nos introduce en la historia y también la manera en que nos saca y lo de que la ciudad de la historia es como un inmenso organismo vivo.

lunes, noviembre 17, 2008

Crónica del pájaro que da cuerda al mundo by Haruki Murakami


Cuando sonó el teléfono, estaba en la cocina con una olla de espaguetis al fuego. Iba silbando la obertura de la gazza ladra, de Rossini, al compás de la radio, una emísión en fm. Una música idónea para cocer la pasta.
Al oír el teléfono, tuve la tentación de ignorarlo. Los espaguetis ya estaban casi listos y, además, en aquel preciso instante, Claudio Abbado conducía la orquesta filarmónica de Londres hacia el clímax musical. SIn embargo, qué remedio, bajé el gas, fui a la sala de estar y descolgué el auricular. Pensé que podía tratarse de algún conocido que me llamaba para hablarme de algún trabajo.
- Diez minutos, dame diez minutos - dijo sim preámbulos una mujer.
Soy bastante bueno reconociendo las voces, y aquella no la había oído nunca.
- Perdone, ¿por quién pregunta? - Dije educadamente.
-Pues por tí. Con diez minutos tengo bastante, dame diez minutos. Y así podremos entendernos bien - Contestó la mujer. Su voz era suave y profunda, indefinible.
- ¿Entendernos?
- Sí, entendernos el uno al otro.
Alargué el cuello a través de la puerta, y atisbé dentro de la cocina. Un vapor blanco se alzaba de la olla de espaguetis y Abbado seguía dirigiendo la gazza ladra.

Me gustó todo menos el final, bueno por decir que tiene final porque como que no existe. En este libro Murakami vuelve a cogernos de la mano y llevarnos a su mundo tan particular pero en los últimos capítulos como que nos suelta de la mano y no somos capaces de salir de esa Habitación 208. Una pena porque es un libro muy entretenido pero el cierre desde mi punto de vista no encaja y como que te deja a medias.

jueves, julio 31, 2008

Tokio Blues se traslada al cine


Al final Murakami ha cedido y su obra más famosa será llevada al cine. Está previsto que el rodaje comience dentro de 2 meses porque quieren que llegue a las pantallas en el 2010. Yo estoy completamente seguro que no le llegará a la suela de los zapatos del libro, proyecto pero que muy muy complicado… Como contarán esa historia de la relación entre un joven universitario con la novia de su mejor y único amigo, que se suicidó un año antes. Nosotros hace mucho tiempo que recomendamos esta joyita de libro. Tokio Blues .

sábado, julio 14, 2007

Kafka en la Orilla


"Cuando buscas una voz, sólo encuentras un silencio profundo pero cunado buscas el silencio, sólo encuentras una voz que te va repitiendo incesantemente la profecía."

Era un libro en el que tenía depositadas muchas esperanzas, incluso intente degustarlo hasta el final, para ello no leí más de 2 o 3 capítulos al día pero ya se sabe cuando esperas algo grande pues va y no es lo que esperabas, no se si es porque es el 3 libro que leo de Murakami y ya está perdiendo esa magia para mi o porque éste su último libro no es tan bueno como los anteriores. Las críticas de los entendidos lo ponían por las nubes pues a mi no me ha parecido tan bueno como era de esperar. No se, seré yo que ya me he cansado de este autor, lo que tengo claro es que esta obra no te coge de la mano desde el principio y no te la suelta al terminar la última página. Pero bueno para dejar buen sabor de boca si queréis leer un buen libro este verano aquí os dejamos estas 2 opciones que consideramos que son buenísimas.


"Tokio Blues" y "Sputnik, Mi Amor".

miércoles, mayo 16, 2007

After Dark by Haruki Murakami


Aún casi no he empazo "Kafka en la orilla" y me entero que este genio acaba de sacar nuevo libro "After Dark", bueno ha sakido en Estados Unidos ya sabéis que los europeos para esto somos los últimos y dentro de éstos los españolitos al final de esta cola. Aunque es una obra que se edita ahora este libro fué escrito en el 2004. Hay un post en este blog donde Carlotta nos explicaba la cronología de sus obras. Ya lo tenemos aquí al autor de culto entre los nuevos modernos. También os hemos dicho muchas veces que es una gozada leerlo. En esta ocasión la hitoria trata sobre dos hermanas, Yuri y Mari, emplazada en la noche de Tokio, rodeadas de otras gentes de la noche y como no la musica como fondo. Pues eso que nos deparará "Después de la Oscuridad", en pocos meses os lo narraremos. Yo de momento me quedo con "Kafka en la Orilla" que es una auténtica gozada. Ahh, gracias "O" por prestármelo.